27 de junio de 2012

El sueño de artista



Soñando, soñé que era artista. Que volvía a casa, cayendo la noche, a un modesto apartamento en la ciudad. Volvía junto a mi esposo, o algo así, artista también. 

Era yo pintora. Hermosos paisajes se trazaban bajo mi pincel, coloridos y despreocupados, que me trasladaban a una extraña época hippie, multicolor, pacífica. Vestida en arapos, deslumbraba con mi gracia a cuanto burgués y descendiente noble pasaba bajo mi ventana, viéndome pintar. Multitudes se congregaban todos los días solo para admirarme.

Mi esposo, atento y detallista, era fotógrafo. Capturaba hermosos momentos de la cotidianidad urbana, la “humanidad del hombre”. No recuerdo su cara, tal vez era irrelevante. Recuerdo, sin embargo, que con impresionantes trajes de gala y bastón siempre andaba. Su barba, caso a parte de su aparente alcurnia, era sucia, enmarañada y maloliente.

Día tras día el hombre que era mi esposo servía a mi llegada una refrescante infusión de eucalipto que tomaba mientras me fotografiaba, susurrando inconmensurables palabra de amor. Extrañas palabras que se materializaban ante mis ojos en pequeñas coloridas notas musicales que bailaban para mi, que bailaban sin pudor, que bailaban con descaro, como burlándose de mí.

Aquella vez traté de ahuyentarlas con mi mano, pero se quedaron pegadas a ella. No supe el por qué sino hasta que vi goteando mi extremidad derecha. Me derretía. Mi mano se derretía y comenzaba a llevarse también parte de mi brazo. Se extendía rápidamente por mi cuerpo, mientras que las notas musicales, aún pegadas, seguían bailando, gozándose una fiesta a la que no me habían invitado, nadando entre mi cuerpo acuoso.

Quise entonces pedirle ayuda a mi esposo, pero mi boca ya no era mi boca, y él parecía no darse cuenta de la gravedad de mi situación, pues su excitación crecía cada vez más al tomarme fotografías, y gritaba ahora aquellas locas palabras de amor.

Sin aviso previo, hubo un cambio de escena. Abrí los ojos y vi que las multitudes que antes me admiraban desde abajo, ahora lo hacían desde arriba. Se apiñaban, formando un círculo a mi alrededor. “Es una obra de arte”, decían, y uno que otro le daba una suave palmada en la espalda a mi esposo, como felicitándolo, mientras este erguía su pecho, delatora señal de orgullo e inflado ego.

Quise pararme, yo también quería ver lo que ellos veían, pero no pude, no tenía brazos, no tenía piernas, no tenía cuerpo, de hecho, no tenía ni cara. Era un charco, un charco con ojos.

5 de junio de 2012

Trabajando bajo presión



Tenía que hacer algo, algo útil por su nueva obsesión, ya que por ahora, apestaba sobre ruedas. Decidió entonces hacer parte del staff de logística de medios y prensa para el Primer Torneo Nacional de Roller Derby. ¡Tanta responsabilidad recaía sobre sus hombros! Pero era feliz, feliz de contribuir al equipo, y al deporte. Al menos sería algo así como una acción de "hasta luego", pues en poco tiempo tendría que partir a su ciudad natal. Adiós a la capital, llegaron las vacaciones.

Su dilema era cuándo, cómo y dónde le diría a la capitana del equipo. Le daba pena. Tendría que ser pronto, muy ponto. Talvez podría organizar un tipo de acuerdo para no perder dos meses de entrenamiento, tal vez podría continuar entrenando su técnica de patinaje en el único equipo de su ciudad, aún no lo sabía, por ahora solo se concentraba en disfrutar lo poco que le quedaba.

Le sorprendía lo mucho que le atraía este deporte. Tanto que lo quiso tomar como tema del trabajo final de su materia favorita del semestre, Periodismo Gráfico. Como siempre, dejó todo para el final, así que el tiempo no le favoreció mucho, sin embargo las largas noches en vela que dedicó al video -evitando el pensamiento de que tal vez era solo "la ilusión del mediocre"-, le parecieron más que satisfactorias.

Ella decía que trabajaba mucho mejor bajo presión, y para su incansable sorpresa, una vez más, se volvió un hecho real al ver el promedio final de la materia: 4,6.

"¡Bien! ¿Por qué soy tan de buenas?"

Decidió entonces sentirse orgullosa del video que había hecho para aquella materia, para alimentar su obsesión, y mostrárselo al mundo:



4 de junio de 2012

Muisca: Una lengua sin olvido



El muisca ha cobrado importancia, por lo cual la oferta de cursos de esta lengua ha incrementado.


Desde 2011, un grupo de investigación conformado por estudiantes y egresados de estudios de Antropología y Lingüística de varias universidades del país, llamado  Muyskkubun, dicta periódicamente un curso virtual de lengua muisca para no dejar este idioma en el olvido.

Diego Fernando Gómez Aldana, integrante de este grupo de investigación, es uno de los profesores del curso virtual muisca. “El internet se ha vuelto un aliado para la enseñanza de la lengua muerta muisca”, afirma el profesor.

Apoyándose sobre documentos de investigación, archivos, trabajos de campo y toponimia, disciplina que estudia el origen y significado de los nombres propios de un lugar, Gómez se propone a enseñar un curso introductorio sobre la construcción gramatical de esta lengua.

Entre los escritos utilizados para el curso, se encuentra el diccionario de lengua muisca, el  Vocabulario Mosco. 1612 que cumple en 2012, 400 años desde su escritura. Existen actualmente dos transcripciones del texto original. Uno de ellos realizado en 1991, y el otro en 2011 por el profesor Gómez Aldana y Diana Andrea Giraldo Gallego, también integrante del grupo Muyskkubun.

“Con el curso identifican a los muiscas como patrimonio histórico y cultural de la humanidad”, manifiesta Luis Francisco López, investigador de arqueología del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), ente que apoyó la publicación de la última trascripción del diccionario.

"Regularmente se asocia el colapso del uso de la lengua muisca, teniendo en cuenta que no hubo sólo una lengua muisca sino una variedad de dialectos a lo largo del Altiplano Cundiboyacense, con la prohibición definitiva hecha por el rey Carlos III en 1770", dice el investigador López a propósito de la época en que esta legua fue extinta, "desde finales del siglo XVI, la corona española ya venía haciendo reformas para restringir su uso permitiendo en un principio su aprendizaje a los misioneros con miras a la evangelización".

Si bien existen investigaciones históricas realizadas sobre la extinción del muisca, hay quienes no están de acuerdo con ellos. Victoria Elvira Neuta Sánchez, ex alcaldesa del cabildo indígena muisca de Bosa, afirma que no se trata de una lengua muerta pues el vocabulario colombiano contiene muchas palabras muiscas y, sin darnos cuenta las utilizamos constantemente. Neuta Sánchez considera además, que este no es un idioma que pueda ser aprendido por internet. “Un curso virtual de muisca malversa la lengua”, dice la ex alcaldesa, pues esta se recoge en las “influencias del territorio, de la cultura, de las plantas. Hace parte de su identidad”.

[Artículo publicado en la primera edición impresa de Plaza Capital]