18 de noviembre de 2012

Carta a un compañero de vuelo



Era el día decisivo, el día en que debía aparentar, que quería engañar, que necesitaba triunfar sobre él...

Pero la luna transitoria y traicionera me dejó a merced de sus abrazos, de sus caricias, de sus besos. Yo, sin poder alguno para defenderme, para confrontarlo, me dejé llevar por el olor de su piel, por el viejo olor a conocido. Acogedor, me tendió sus brazos y me envolví en ellos. No pude luchar, quise hacerlo, pero no pude. ¡Qué seguridad, cuánta confianza entre su corazón y el mío! 

A pesar de mi inmediata y definitiva felicidad, añoro el pasado. Añoro mi aparente indiferencia con él, añoro su evidente enamoramiento hacia mi... Su error nos cambió, y así como nada pude hacer en aquél momento para evitarlo, nada puedo hacer ahora para alejarme, porque lo amo. 

"No me tienes confianza", dice, y trata de enmendarlo, pero no lo entiendo. Veo que soy yo quién se aferra a él con todo lo que tengo, con todo lo que puedo. Soy yo quién teme que se vaya, que me aleje como una vez lo hizo. Soy yo la única que quiere ser tratada, que quiere ser vista como él lo hacía antes, porque lo amo.

¿Es eso tan absurdo? 

"Mis actos definen lo que siento", me dijo un día. Qué insatisfacción pueden dar tan bellas y lógicas palabras, cuando estas se contrarían con un "te amo". Pero aquí estoy, ni las lágrimas ardientes sobre mis mejillas, ni el desgaste en cuerpo y mente me han logrado distanciar, porque soy valiente, y lo amo.

¡Oh, que si hemos cambiado! Escribo y escribo romanticonas palabras de amor, y desamor, porque ahora sé lo que son -ambas, por desgracia-. Hago públicas mis más profundas inseguridades, solo para que las leas y comprendas, porque ambos sabemos que cuando de discutir asuntos de importancia se refiere, ni el más descarado "hola" podría atreverse a asomar. 

Y así, resumiendo un pasaje de tristeza, pero de muchas alegrías con un compañero de vuelo...
Un día no muy lejano, quise volar muy alto, muy rápido con él, ahora vuelo con un ala rota zigzagando hacia arriba y abajo, pero siempre hacia al frente. El ala ya no duele casi, y poco a poco se va curando, pero aún queda la duda si hacia arriba podemos, y quiere él, ir volando... ¿?